Te suplicamos, Dios, que renueves tu gracia. Nos postramos ante el estrado de tus pies y clamamos: “¡Ayúdame, Señor, o moriré!” Crea en mí un corazón nuevo y renueva un espíritu recto dentro de mí. Renuévame en el espíritu de mi mente y haz nueva mi alma en mi interior. Quita esta vieja mente que es tan ciega, tan vanidosa, tan carnal. Quita esta vieja voluntad que es tan obstinada, tan perversa, tan rebelde. Quita esta vieja conciencia que está tan incompleta, tan cansada,
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